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Romina Martínez Rubio

1. ¿En qué consiste tu día a día como científica?

Mi día como científica comienza más o menos sobre las 8:30 de la mañana, que es el momento en el que llego al Área de Fisiología Vegetal de la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad de León. Me saco un café de máquina y me lo tomo con Laura, la técnico de laboratorio, que se encarga, por ejemplo, del cuidado y limpieza del instrumental y material que necesitamos para trabajar, de preparar soluciones químicas o de organizar las prácticas de docencia que impartimos en nuestro laboratorio.

Y una vez que nos ponemos al día y comienzan a llegar el resto de mis compañeros, sobre las 9:00 de la mañana, cojo mi bata y me pongo a hacer experimentos, entre los que se encuentran, por ejemplo, la técnica que se ha puesto de moda en estos últimos años y que nos permite detectar, de manera fiable, si estamos infectados con el covid, la PCR (reacción en cadena de la polimerasa).

Después, sobre las 11.30 de la mañana, me reúno con mis compañeros, muchos de ellos profesores, para tomar café. Es el momento del día en el que, además de compartir resultados y hallazgos científicos, comentamos cuáles son nuestros planes fuera del trabajo (somos una gran familia). Tras el café, vuelvo de nuevo al laboratorio para seguir trabajando hasta la hora de comer. Y ya por la tarde continúo trabajando hasta las 18:30-19:00, cuando es momento de colgar la bata e irme a casa.

Dicho así podría parecer que los científicos sólo llevamos a cabo un trabajo experimental, es decir, sólo nos dedicamos a cacharrear en el laboratorio, y eso no es cierto. Y es que, aunque la mayoría de nuestro trabajo se desarrolla entre tubos de ensayo, matraces o placas de Petri, ese trabajo experimental nos permite obtener resultados que, posteriormente, debemos representar, interpretar y discutir con la ayuda de programas informáticos. Es por esto por lo que los períodos de trabajo de laboratorio se intercalan con periodos de trabajo frente al ordenador.

2. ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

De ser científica me encanta el hecho de poder trabajar en un laboratorio lleno de artilugios y productos químicos que no están al alcance de la mano de cualquiera. Me apasiona disponer de aparatos de laboratorio que muy poca gente sabe utilizar y sobre todo, disfruto con el hecho de poner en marcha una máquina y saber interpretar los resultados que me arroja y lo que esos resultados significan en el avance de lo que estamos investigando.

Además, me encanta estar rodeada de personas que han comenzado poquito a poco en el mundo de la ciencia y que me han transmitido sus conocimientos para ser lo que soy hoy en día.

3. ¿Cuándo decidiste a qué te querías dedicar?

Pues no hace mucho, la verdad. Es más, cuando estaba en primaria y me preguntaban qué era lo que quería ser de mayor, yo siempre respondía lo mismo: ¡profesora!

Decidí dedicarme a la ciencia más o menos en cuarto de carrera, con unos 22 años aproximadamente. A lo largo de los años de universidad me di cuenta de que me gustaba mucho el trabajo experimental y de que las horas en el laboratorio se me pasaban volando. Por aquel entonces mis profesores, que ahora son mis compañeros de laboratorio, me animaron a que siguiera su camino y dije: ¿por qué no? ¡Y aquí estoy!

 

4. ¿Tu trabajo es tu pasión?

Sí, podría decirse que sí. Mi trabajo es muy importante para mi, disfruto cada día poniéndome la bata de investigadora y experimentando con mis células de maíz. Siempre digo que soy muy afortunada porque tengo un trabajo genial y que voy a trabajar sin ir a trabajar…así que sí, definitivamente es mi pasión.

5. ¿Eras muy buena en ciencias cuando estudiabas?

Sí, en general era muy buena en todas las asignaturas (excepto en Educación Física), pero las asignaturas de ciencias se me daban especialmente bien y sacaba casi siempre las calificaciones más altas en ellas.

6. ¿Cuál ha sido el logro del que estás más orgullosa?

Creo que, de todos los logros que he podido conseguir como científica, me quedo con el hecho de que, gracias a esta profesión, cada día aprendo cosas nuevas, e incluso de aquellos resultados que no son buenos consigo hacer una lectura positiva que me lleva a buscar propuestas de mejora de cara a nuevas investigaciones.

Además, con el paso de los años me he ido dando cuenta de que ser científico te permite potenciar una serie de habilidades y destrezas que son enormemente útiles en la vida, como la capacidad de emplear con mucha soltura una gran variedad de programas informáticos que utilizamos en nuestro día a día, la capacidad para expresarse de forma sintética y clara o la capacidad para exponer una charla oral delante de un público.

7. ¿Cuál era tu asignatura favorita?

Mi asignatura favorita era, sin lugar a dudas, la que yo escogí para hacer la carrera universitaria, Biología.

8. ¿Qué es lo que te ha motivado más para llegar donde estás?

Creo que, en mi caso, la motivación me ha llegado de la mano del éxito en las asignaturas científicas durante el periodo de la educación secundaria y el bachillerato. Eso y encontrarme en cuarto de la ESO con Mari Cruz, la profesora de Biología. Su calidad humana y la pasión que mostraba por todo lo relacionado con el ámbito científico fueron mi motor para que, una vez finalizada la EBAU, me decantara por estudiar Biología en la Universidad.

Posteriormente, durante mi paso por la Universidad me ha motivado la sensación de ir consiguiendo las pequeñas metas que me proponía como, por ejemplo, intentar sacar matrículas de honor en algunas asignaturas o conseguir cursar con éxito un máster. Y ya como científica, me motiva el hecho de investigar y ver que somos capaces de obtener resultados prometedores en nuestras investigaciones.

9. ¿Crees que es importante ponerse una meta en la vida y luchar por conseguirla?

Por supuesto, considero que es importantísimo. Es más, creo que no sólo hay que proponerse una meta final, si no pequeñas metas a lo largo del camino que te conduzcan al objetivo final. Por ejemplo, si quieres ser científico tu primera meta en el colegio debe ser esforzarte al máximo e intentar sacar muy buenas notas en todas las asignaturas (porque todas van a ser útiles en tu vida científica) y más en las de ciencias. Después, tu segunda meta podría ser entrar en la Universidad en una carrera de ciencias (Biología, Biotecnología, Ciencia y Tecnología de los Alimentos…), y una vez ahí tu tercera meta sería sacarle partido a las asignaturas para posteriormente estudiar un máster. Y una vez cursado el máster, tu siguiente meta ya podría ser hacer una Tesis doctoral para convertirte en científico e investigador.

 

10. ¿Has tenido presente algún referente femenino en tu carrera?

La verdad es que sí que he tenido referentes femeninos en mi carrera como científica pero no referentes famosos. Aunque es cierto que, conforme estudiaba Biología me daba cuenta de lo importantes que habían sido mujeres como Marie Curie o Margarita Salas en el mundo de la ciencia, mis grandes referentes femeninos han sido las 3 grandes mujeres que me rodean en mi día a día: Mari Luz Centeno, Penélope García-Angulo y Marta Eva García. Ellas me han transmitido muchos de los conocimientos que tengo hoy en día, y me han demostrado que, aunque la investigación sea muy importante, es posible y obligatorio compaginar el mundo científico con la familia.

 

11. El futuro de la ciencia y la tecnología, ¿Es masculino o femenino?

Pues yo diría que femenino. Y es que cada vez son más las mujeres que cursan carreras científicas y el porcentaje de mujeres que se atreven a realizar una Tesis Doctoral también va en aumento, así que yo estoy casi convencida de que el futuro de la ciencia y la tecnología va a tener voz de mujer.

12. ¿La familia sigue siendo un condicionante laboral para las mujeres a día de hoy?

Tal y como he comentado en las preguntas anteriores, yo creo que hoy en día el hecho de ser científica y tener familia ya no supone un condicionante. Es más, la mayoría de las mujeres científicas que nos rodean tienen hijos y compaginan perfectamente su vida laboral con su vida personal, por lo que no lo considero un problema.

 

13. ¿Es difícil dedicarte a este campo en una ciudad pequeña como León?

Qué va, para nada. Aunque si que es cierto que podría parecer lo contrario, al estar en una ciudad pequeña, la competencia también lo es, por lo que los científicos excelentes se hacen destacar. Eso sí, aunque desde mi punto de vista no sea complicado ser científica en León, sí que creo que el formar parte de una Universidad pequeña es un condicionante en cuanto a financiación se refiere, ya que recibimos una cantidad ínfima de dinero en comparación con la que pueden recibir las grandes universidades. 

14. ¿Dónde te ves dentro de 10 años?

Sinceramente, creo que me veo como científica y profesora de la materia en la que trabajo (Fisiología vegetal) en esta universidad, en León.

15. ¿Cuáles crees que son los grandes retos, en materia de biología, para jóvenes como nosotros?

Uno de los retos que se me vienen a la mente y que está en auge hoy en día como consecuencia de la crisis sanitaria derivada de la covid puede ser intentar descifrar, en un futuro no muy lejano, cómo actúa realmente nuestro sistema inmunitario frente a la infección causada por este virus.

16. Un consejo para las niñas y adolescentes.

El mayor consejo que puedo darles a las niñas y adolescentes de hoy en día, tanto a las que quieren ser científicas como a las que no, es que se esfuercen lo máximo posible, que interioricen los conocimientos que les brindan los que hoy en día tienen que ser sus referentes, los profesores, y que aprovechen cualquier oportunidad que tienen para aprender cosas nuevas porque el conocimiento y la capacidad de crítica no dejan de ser las armas más valiosas con las que contamos.

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